Ingresaron a la historia terrestre hace aproximadamente 
        280 millones de años, aprovechando un hábitat que estaba 
        débilmente explotado por otros grupos: el espacio bajo la corteza 
        de los árboles. Este contenía ricos nutrientes: los hongos 
        que descomponían la madera y los productos de esta descomposición. 
        El endurecimiento de las alas delanteras les permitió a este naciente 
        grupo relacionado con los Neuroptera, Mecoptera 
        y Trichoptera, insectos netamente voladores y de alas 
        traslucidas, garantizarse una permanente protección en este medio 
        protegido y rico. Entre los Coccinellidae un pequeño 
        grupo, la tribu Halyziini, ha retornado secundariamente 
        a la alimentación original, pero ya no bajo la corteza, sino entre 
      las hojas.    
      La extensión del hábitat 
        se dio rápidamente entre los descendientes de estos primitivos 
        coleópteros: algunos penetraron profundamente en los troncos de 
        los árboles, gracias a la asociación con bacterias capaces 
        de digerir la celulosa (y dieron origen a las únicas criaturas 
        que hasta el día de hoy se alimentan de madera viva), otros descendieron 
        al humus donde se encontraron con un medio alimenticio más variado, 
        mientras otros subieron por el cuerpo del árbol y se alimentaron 
        de sus tallos y hojas, facilitando también la descomposición 
        de los hongos. En una vieja asociación, árboles, coleópteros, 
        hongos y bacterias evolucionaron juntos y se fueron beneficiando mutuamente. 
        La aparición de las plantas con flores también posibilitó 
    una amplia variedad de habitats nuevos para los coleópteros.  | 
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       APARICIÓN  DE LOS SERES VIVOS EN LOS PERÍODOS GEOLÓGICOS 
      
       
      
    El Élitro 
      El élitro constituyó un avance importantísimo en el desarrollo de los  insectos: por un lado produjo una protección extra sobre las alas y el insecto  en general (física y biológica), lo cual le permitió colonizar áreas no  disponible para insectos más frágiles, y por otro, le permitió una vida más  larga, al evitar la decrepitud inevitable de las alas membranosas expuestas.  Otro hábitat que las alas permitieron invadir fue el medio acuático, donde  estas además sirvieron de cámara de flotación y depósito de aire. 
      Los primeros coleópteros aparecidos durante el período Pérmico tenían élitros  muy primitivos, donde la venación estaba aún insuficientemente engrosada y era  muy visible, recordando a algunos Neuróptera. Estos primitivos élitros  además se extendían bastante detrás del extremo del abdomen, ya que las alas  inferiores no poseían un sistema de “doblaje” como tienen todos los coleópteros  actuales. Sin embargo, hacia fines del período Pérmico, los élitros de los  coleópteros ya eran indistinguibles de las de los coleópteros actuales. 
      
      
      
    Fósiles en rocas sedimentarias 
      Todos los  fósiles más antiguos de coleópteros se conservaron  el rocas que se formaron por depósitos de lodos y arenas, los cuales no  presentan mucho detalle. La gran mayoría de ellos son élitros, que no dan  muchos indicios de la familia a la cual pertenecen. Afortunadamente también se  encuentran fósiles de insectos completos. 
      
     
    Antigüedad de las Especies y Géneros de Coleópteros. 
  Una pregunta bastante  frecuente es cuantos años se mantiene una especie o un género a lo largo de los  tiempos, antes de extinguirse y ser reemplazado por otros grupos. Sabemos que  algunas familias de coleópteros se han mantenido por más de 250 millones de  años, aunque la mayoría de las especies conocidas del período Pérmico  y comienzos del Triásico pertenecen a familias  hoy extintas. Por otro lado, todas las familias fósiles aparecidas en los  últimos 40 millones de años se han mantenido hasta la actualidad. 
       Algunos géneros hoy existentes han sido reportados 
        de hace más de 200 millones de años, como él género 
        Omma a fines del Triásico, y al menos 
        una especie hoy existente, Tetracha carolina, 
        ha sido encontrada fósil en el Eoceno, alrededor  de 40 millones 
        de años atrás. Por otro lado, existen indicios que algunas 
        especies se han formado en los últimos 10 millones de años. 
        Casi la mitad de las especies encontradas en el Plioceno, entre 3.4  
    y  6.7 millones de años atrás permanecen hasta hoy.      |